Cuadros dentro de cuadros – Por Juan Pablo Darioli (Dos en la Ciudad)

Dos en la Ciudad – Juan Pablo Darioli

Cuadros dentro de cuadros

El 17 de octubre de este año el movimiento político más grande de occidente cumple 80 años y, pese a la convocatoria de Milei y las malas gestiones en su nombre, nadie le pudo poner todavía el último clavo al cajón. El peronismo fue una expresión de su época en América Latina, es decir de la posguerra, pero, para tener en claro la dimensión del fenómeno, en Brasil ya nadie habla del getulismo, en Chile ni se acuerdan de quién fue Carlos Ibañez y J.J. Torres en Bolivia no es ni una calle principal. En Argentina, el peronismo es mucho más que un gobierno nacionalista que institucionalizó el Estado de Bienestar y produjo un proceso de modernización (semejante al que se produjo en Uruguay con Batlle y Ordónez 40 años antes). Se enlaza con lo profundo de la historia nacional, trasciende a sus fundadores y excede la voluntad de quienes lo encarnaron posteriormente.

Las elecciones en la provincia más populosa del país y la victoria indiscutible de su gobernador, Axel Kicillof, abren la puerta para el posible regreso de un gobierno bajo el signo de Juan Perón y Eva Duarte. ¿La oportunidad para traducir una doctrina con esencia en el siglo xx al siglo xxi o la última chance de gobernar del peronismo? La magnitud de lo que pasó este domingo no es solamente un juego retórico entre oficialismo y oposición. Los mercados y los líderes de otros países lo hicieron saber.

Las fricciones internas y coyunturales sobre el papel que tiene que jugar cada uno en el esquema general no deja de lado que Kicillof está lejos de representar cualquier tipo de intrusión dentro del peronismo, como en otros momentos de la historia, que internalice la disputa entre un proyecto nacional contra otro neocolonialista. En declaraciones posteriores al domingo, mencionó con nombre y apellido a periodistas de Clarín y La Nación que operan al servicio de los funcionarios-gerentes del gobierno y de la JP Morgan, según sea oportuno. Por eso no es una esperanza para nadie del círculo rojo, que ya mira a la liga de gobernadores coreocentristas, que bajo la figura de Llaryora y Pullaro pueden ser una oportunidad para otro reciclaje del PRO y los radicales. El gobernador de Santa Fe, en la intimidad, se muestra muy entusiasmado con su proyección presidencial, lo que no significa que vaya a caer en la tentación de adelantar su salto, máxime cuando consiguió la reforma constitucional y la posibilidad de reelegirse. Por ahora, solamente hará la pole position, negando a Milei y moderando su antiperonismo.

Es sabido que al peronismo lo ordenan las victorias. Desde ahora, la atención estará puesta en cómo comienza a llegar el kicillofismo a las provincias: previo al lanzamiento de su propio espacio, Movimiento Derecho al Futuro, el gobernador de PBA asistió con recursos para la seguridad pública a Pullaro y realizó una reunión con referentes del peronismo santafesino en el club Central Córdoba. Con el sello ya lanzado, algunos espacios pequeños y referencias sueltas locales se acercaron a Kicillof. Veremos cómo se extiende ahora, con el exitismo a cuestas.

¿Es el inicio de una etapa poskirchnerista, de ruptura, o un cuadro dentro de otro cuadro (siempre un final sin fin), una continuidad histórica, de enlace con la tradición kirchnerista? Las miradas puestas en las minucias de la relación entre Cristina y Axel pierden de vista lo obvio. Nadie que haya llegado a donde llegó CFK renuncia a su capital político, que además es su reaseguro de por vida contra los ataques que ya vinieron y los que pueden venir. Pero al mismo tiempo, su decisión de recluirse en la conducción de una parte del peronismo es lo que abrió la ventana para la llegada de su ex Ministro de Economía a la cabina de conducción. La ex Presidenta exige para la organización de su hijo los derechos de formación de Axel, que se traducen en la sucesión de la Provincia de Buenos Aires. Teniendo en cuenta la última experiencia de gobierno, el actual gobernador sabe lo atado de manos que puede estar un presidente sin sintonía fina con el distrito más grande del país.

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Septiembre trae dos novedades editoriales sobre la ciudad para tener en cuenta. La primera ya está en las librerías y se llama “Rosario. Perfil de una ciudad al límite” (Futurock Ediciones) de Arlen Buchara. La ciudad es relatada a través de las voces de personajes relevantes de los últimos años, como Marina Marsili y Carlos Varela, y descrita por analistas, como Sergio Arelovich y Eugenia Cozzi.

 

El segundo a tener en cuenta, sale en la segunda quincena y se titula “Te hice pica. La historia no oficial de la Rosario narco” (Orsai) de Nahuel Gallotta. El libro promete poner en perspectiva geográfica y logística el lugar de Rosario en la estructura del narcotráfico internacional. En una entrevista reciente, Gallotta relata cómo funciona el servicio de las avionetas que llegan desde Bolivia y que constantemente están apareciendo alrededor de nuestra provincia.

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