El Rompecabezas de la Muerte en Rosario – Por Ricardo Marconi
El nivel de delito cero no existe, pero Bullrich se la rebusca para exponer estadísticas positivas
Aunque aún no llegó a Rosario el nivel de seguridad básico que todos los habitantes esperan de la gestión provincial actual, vale admitir que la presión narco ha disminuido y ello se evaluó a nivel nacional, en el área ministerial como un elemento positivo que decidió a la ministra Patricia Bullrich a venir a exponer estadísticas del Plan Bandera.
Los que están, como se dice en la tribuna “en el palo” de la seguridad pública saben que el “delito 0” no existe, pero se sienten reconfortados visualizando una Santa Fe con un menor índice de asesinatos narcos, de individuos que disparan innecesariamente por falta de experiencia delictiva, de escuelas e instituciones sociales y negocios baleados para dejar mensajes a presos y otras lindezas por el estilo.
Lo que sí está incrementándose “por goteo” es la fuga de seccionales abarrotadas de reclusos que se turnan en las celdas para dormir. El gobernador Maximiliano Pullaro, en una entrevista que brindó en inmediaciones del Concejo Municipal relató con pelos y señales el estado de colapso carcelario y aportó números insoslayables.
Tan es así que si mañana mismo, la creación de nuevas celdas se concretara y los reclusos por delitos federales pasaran a ocupar prisiones bajo esa jurisdicción, seguiría la provincia sufriendo un déficit carcelario.
El responsable del Ministerio de Seguridad debe estar harto de declarar que los policías “no están preparados para controlar presos”, pero –eso sí-, algunos son muy hábiles para asociarse a capos narcos para formar bandas.
En Rosario “todo pasa”, como decía un expresidente de la Asociación del Fútbol Argentino, por lo que –quizás-, en el área de seguridad pública es probable que se estabilice la media delictiva por un largo lapso, ya que los traficantes, por sus enfrentamientos internos, están perdiendo muchos sicarios y no se están ofreciendo tantos candidatos como antes para formar parte de las gavillas, ya que –dicen- se está notando el crecimiento de cuentapropismo delictivo.
Efecto de la suba el dólar en los narcos
Entre los productores de droga de Paraguay y Bolivia y los traficantes locales, dedicados al narcomenudeo, se habrían generado algunos conflictos cuando se entrega cocaína y marihuana “en consignación”. Es una cuestión que también se vive en Rosario entre los escritores y las editoriales. Pero esto último es otra cuestión que no analizaremos en esta columna. Sí lo haremos más adelante.
Volvemos a lo nuestro, ya que debemos acotar que no es necesario dejar claro que los productores son los extranjeros y las transacciones de 100 kilos de cocaína y el costo tenía una relación comercial de 5.500 dólares por kilogramo en octubre de 2023.
Me dicen, en voz baja, que la “merca” tenía como destino a decenas de búnkers y se fraccionaba en dosis de 1 gramo o 0.5 gramos por “raviol”, debiéndose concretar la venta en pesos.
Como es habitual en estos lares, se produjo una corrida bancaria, de las que se producen habitualmente y la deuda local se habría transformado en una deuda “impagable”.
Los bolivianos no renegocian
Los bolivianos no quisieron abrir la puerta a una renegociación con los compradores y la desesperación cundió entre los últimos. Es que “no había precio de referencia en la mini city rosarina”.
Es por todos sabidos que la marihuana paraguaya se paga en pesos y los argentinos que la compraban pagaban 1/3 del costo al recibir el producto. De inmediato era distribuida y mientras se vendía “los paraguas”, como se los conocía, alquilaban una habitación de hotel y se quedaban hasta cancelar la deuda. Mientras tanto, los vendedores sufrían porque el consumidor pagaba en pesos y llevaba tiempo recuperar lo pagado y obtener la ganancia en moneda norteamericana.
El gramo de cocaína, en octubre de 2023, costaba 9.000 pesos, pero nadie vendía y luego del triunfo del nuevo presidente, la misma bolsita pasó a costar 12.000.
La corrupción policial
La corruptela en las fuerzas de seguridad es un problema crónico que los Estados sufren en todo el mundo, pero en Argentina pareciera tener más exposición pública.
Los gobiernos tienden a mirar para otro lado ante casos de estafas, prostitución y delitos de tinte moral, a cambio de recaudar. Es más difícil ante casos de tráfico de drogas y homicidios. Nos guste o no, es en la Argentina una realidad innegable y, en Rosario, se nota mucho más.
El flagelo de la droga ha corrompido a las fuerzas de seguridad, a la justicia y hasta el poder político y judicial, en un mercado, como el local, que ha crecido. Con sólo abrir los diarios y ver o escuchar los medios basta para entenderlo.
El sicariato es una cuestión de todos los días y las autoridades como ya aludimos- se vanaglorian de la reducción de homicidios en el primer trimestre. No quieren admitir públicamente que no debería haber muertos. Ni siquiera uno. Toda vida es valiosa.
Sí, ya sé, es demasiado pedir en nuestro medio.
Es que en Rosario, sus habitantes recuerdan mega causas como el de la efedrina, y que los responsables de resolver la cuestión encontraron un chivo expiatorio con nombre y apellido: Mario Segovia, ¿se acuerdan?. Era un delincuente de pacotilla sobre el que luego se admitió en el poder “que no podía ni vender pastelitos en el Parque de la Independencia”.
“Marito”, se vanagloriaba de circular por Rosario en autos importados y poseía propiedades valuadas en millones de dólares. Luego los chimenteros decían que lo usaron para “limpiar delitos de otros” y agregaban que era “un perro sin collar”, esto es que era “un traficante sin jefe”. Es más, había policías que al mencionarlo lo calificaban de “un muerto viviente”.
Basta de lavar
Para colmo se aprobó en Rosario, en un frío agosto, de 2020, la ordenanza 10.370, de creación del sistema de control económico financiero para evaluar alertas de operaciones ilegales.
Uno de los objetivos era evitar el ingreso al circuito legal de fondos provenientes del narcotráfico y otras actividades ilícitas. Los resultados que se obtuvieran se debían remitir a la Unidad de Información financiera (UIF). Y como toda escoba nueva, barre bien y en los tres primeros meses se sometieron al nuevo marco legal 204 trámites.
La propuesta del intendente rosarino no era mala. Al contrario. Vale hacer mención a que una de las más viejas mafias del orbe como la Cosa Nostra, que llegó a Rosario y se propagó más rápidamente que el COVID 19, blanqueaba dinero ilegal en el ámbito de la construcción –como en Chicago-, a la vez que sumó por estos tiempos, edificios, playas de estacionamiento, cocheras nuevas y hasta espectáculos públicos, como en Estados Unidos, donde la mafia llegó a copar el negocio de las películas porno, al punto tal que obtuvo extraordinarias ganancias con “Garganta Profunda”.
Las mafias vienen ganando en Rosario desde hace siglos y para demostrarlo, junto a un compañero de aventuras literarias, de apellido Mocciaro, armamos un rompecabezas que ya está “en las mejores librerías de Rosario”, como se dice habitualmente.
La policía rescató a un menor secuestrado
Al momento de realizarse este informe, avanzaba una investigación de un episodio de secuestro en el que está involucrado un menor de 15 años, rescatado en Larralde y Seguí desde el interior de una mísera vivienda, donde estuvo tres días.
Tres individuos, de 24, 20 y 18 años se hallan a disposición de la justicia tras ser imputados por el episodio en el que la víctima es dicho adolescente en situación de vulnerabilidad social.
El 4 de junio pasado el hecho fue denunciado al 911 y en esa oportunidad se indicaba que el menor era retenido en una casilla, donde era golpeado y quemado sistemáticamente en partes de su cuerpo.
El magistrado de 1ª Instancia Alejandro Negroni imputó formalmente a M. C., R. G. y R. U., de los delitos de privación ilegal de la libertad agravada por ser la víctima menor de edad y alevosa por haber sido cometida con el concurso de dos o más personas. También les endilgó encubrimiento, y en el mismo dictamen, el magistrado los dejó en prisión preventiva por el tiempo máximo que rige por ley, es decir que deberán esperar el juicio tras las rejas.
En la audiencia imputativa, el fiscal de la Unidad de Flagrancia Sebastián Narvaja les atribuyó a los tres acusados “en un contexto de venta de estupefacientes realizada de manera individual en el Barrio Los Olivos en el período comprendido entre mayo y junio de este año, haber utilizado a un menor de 15 años edad que se encontraba en una situación de gran vulnerabilidad social y económica para que vendiera estupefacientes en ese lugar.
Narvaja estableció que los tres acusados le entregaban al chico “una bolsa con cien envoltorios de drogas para que los comercializara, a cambio de lo cual se le abonaba una suma de dinero de acuerdo a la cantidad de droga que lograba vender”.
El fiscal señaló que la venta de droga “era realizada junto a otra persona joven, aún no identificada con quien cohabitaba en una vivienda precaria en un terreno localizado en cercanías de las calles Seguí y Larralde.
Personal del Comando Radioeléctrico, de la Policía de Acción Táctica y de la Brigada Motorizada irrumpieron en el lugar y encontraron a la víctima en la habitación donde la tenían en cautiverio, con el rostro lastimado, con quemaduras en las manos y en mal estado en general por golpes”, describió el fiscal.
El fiscal le atribuyó a los tres imputados haberle causado al chico quemaduras en manos, cara, abdomen y muslo, volcando una sustancia plástica en el cuerpo de joven. Asimismo, mediante golpes con el seguro de una motocicleta, puntapié y puñetazos le causaron un traumatismo facial, con cortes.
Los tres acusados también fueron incriminaos por encubrimiento, ya que, al ser detenidos, la policía halló en su poder, en una construcción lindera al lugar del secuestro, cuatro motos de mediana cilindrada que figuraban como robadas entre mayo y junio de este año.
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*Ricardo Marconi es Licenciado en Periodismo y Posgrado en Comunicación Política
Imagen: Rosario, 18 de Junio de 2021. Una suma millonaria en cocaína fue secuestrada en el interior de una camioneta en la provincia. El hallazgo se produjo en el marco de 11 allanamientos ordenados por la Justicia Federal. Foto: Juan José García
Viene de acá: Bullrich: “Los narcos no son mas los dueños de la calle”