PROYECTO ESCAÑO

En 2023, a este ritmo, los sicarios alcanzarían un nuevo récord de homicidios en Rosario – Por Ricardo Marconi

📜 El Rompecabezas de la Muerte en Rosario – Por Ricardo Marconi

En 2023, a este ritmo, los sicarios alcanzarían un nuevo récord de homicidios en Rosario

 

Está ocurriendo, casi sistemáticamente, en los medios escritos de nuestra ciudad -172 km2- que lo que se escribe al cierre de cada edición matutina, a las pocas horas quede desactualizado, en horas de la madrugada en las páginas dedicadas a la información policial.

Mientras la mayoría de los rosarinos descansan, los sicarios salen a “trabajar”, esto es a dejar sin vida a gente en las calles. Es que parecen estar deseosos de batir el récord de 287 cadáveres alcanzado en 2022.

Las estadísticas apuntan que el 70 por ciento de los muertos están relacionados con el narcomenudeo y en lo que corresponde a enero de 2023 la seguidilla de crímenes no se detuvo, indicando ello que los fiscales ya se tuvieron que poner a investigar 27 homicidios. A tal punto los homicidas se toman su trabajo tan a pecho, que en 18 horas generaron tres muertes y las fiscalías no dan abasto.

La cultura de la violencia, como la que subyace en Rosario, está siendo muy difícil de erradicar y es uno de los indicadores complejos de modificar.

Las redes exponen la violencia creciente y la muestra en un nivel más que crítico. Sólo en el primer mes de este 2023 se registraron 25 muertes violentas y, en su gran mayoría sus victimarios han sido sicarios, quienes son parte de bandas enfrentadas por obtener el mayor rédito del narcomenudeo.

Para reducir a su mínimo exponente –ya que eliminar totalmente la violencia delictual es sólo un sueño en Rosario-, no sólo necesita de recursos humanos calificados, sino que, además es imprescindible poseer los económicos suficientes, a lo que hay que agregar un sólido trabajo de organización y una muy buena cantidad de horas de trabajo inteligente y extendido en el tiempo, a los fines de desplomar valores criminales profundamente insertos en la sociedad rosarina.

 

Rosario, capital de la injusticia social

La injusticia social que se vive en la tercera ciudad de Argentina, es en sí misma un acto de violencia y se necesitan personas intelectualmente preparadas que generen opciones políticas en el campo de la inseguridad.

En la semana que transcurre, los vecinos de muchos barrios e incluso del macro y microcentro rosarino ya ni siquiera critican a las autoridades policiales y de la Gendarmería Nacional por lo que está sucediendo. Incluso está cayendo en la volteada –como dicen las doñas de los barrios y los comerciantes-, “la ex Guardia Urbana dedicada a hacer multas y hablar por el celular. Si ven algo raro, se dan vuelta y se escapan”.

El foco de las críticas, según los mismos vecinos-, es la clase política, a todo nivel. Es más, esos habitantes aludidos les dicen a los movileros que salen a hacer notas en las zonas calientes con ropa blindada como en México y Colombia: “Estamos esperando a los candidatos para cuando vengan a pedir el voto para las próximas elecciones”.

Es que no hay casi barrio alguno, donde no haya un rosarino muerto por el sicariato. Los vecinos escuchan en voz baja, que los sicarios “están pidiendo aumento por cada muerto”. Esto último confirma lo que enunciamos hace ya mucho tiempo en esta columna.

Respecto a los movileros y su necesidad de usar ropa blindada en los barrios “calientes”, hay que apuntar que en Buenos Aires hay negocios que venden prendas de vestir como camisas y remeras que sirven de protección contra disparos de armas de fuego. Es más, hasta se comercializa ese tipo de ropa para los niños.

 

Una década mortal

Rosario, según las estadísticas, con más de 2.400 homicidios en una década vive en un clima de temor, ya que cualquiera puede morir, esté o no, relacionado con el tráfico y la venta de drogas ilegales.

Hay que hacer notar al rosarino desprevenido, que en nuestro medio hay disputas históricas entre las bandas del Fonavi, del Parque del Mercado y del Barrio Municipal, separadas sólo por la calle Gutiérrez.

Esos enfrentamientos ya cumplieron doce años, siendo el objetivo original dominar ese barrio y luego, por imperio de la imposibilidad de resolver la cuestión, por parte de los funcionarios que se fueron sucediendo en el tiempo, la muerte, a base de plomo y sangre derramada, se extendió al oeste y copó la avenida Grandoli, el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates y un conglomerado de monoblocks existentes al sur del barrio Tablada, frente al Fonavi del parque del Mercado. También ya llegó la fiebre homicida al noreste y, lentamente se va extendiendo al norte de Rosario. El tipo de pandemia que nos ocupa ya toca la puerta de varias municipalidades.

 

El motivo

La motivación esencial fue quedarse con el mercado del narcomenudeo desde marzo del 2017. En ese tiempo había, según los vecinos, 6 bocas de expendio de drogas.

Roberto "Pimpi" Caminos, ex jefe de la barra brava de Newell´s

Del otro lado estaba el Clan Funes asociado a los Ungaro y los Camino hasta que el “Pimpi” Caminos terminó baleado y el 1º de mayo fue abatido Eugenio “Pupi” Solaro, quien recibió una lluvia de balas en un pasillo de Ayacucho y Ameghino, en un ataque tribuido al clan Funes.

 

La causa Medina

Cuando la Policía de Seguridad aeroportuaria entiende que el jefe de policía de Santa Fe Hugo Toniolli estaba presuntamente relacionado con bandas narcos, fue clausurada la Dirección Provincial de Drogas Peligrosas y creó en su lugar la Secretaría de Delitos Complejos.

Meses después se descubrieron negocios ilegales que de la cúspide se mantenían, al parecer, con Luis Medina, quien terminó asesinado.

Luis Medina

Y su muerte provocó un desbande generalizado, por lo que se debieron concretar acciones inmediatas y como resultante se actuó pericialmente sobre una computadora de Medina que se hallaba en el juzgado de la magistrada Raquel Cosgaya, quien declaró que no ordenó desbloquear nada. Sin embargo, con el tiempo se pudo saber que de la computadora habrían desaparecido pruebas.

El fiscal de la causa –según una publicación periodística-, aseguró en su momento: “todavía no se iba a desbloquear nada”.

Una de las bandas que respondería a estructuras superiores es la que tendría su base principal en el barrio Ludueña y que lideraba en la calle un sujeto de apellido Geréz, tuvo un desarrollo preocupante y antes de ser detenido respondía a las estrategias de Andrés Benítez y Julián Aguirre, los que tenían –según dicen gargantas profundas-, casi tres decenas de gatilleros a su mando.

La gavilla perdió en el tiempo 26 componentes a manos del fiscal Pablo Socca, quien señaló que “esa estructura respondía a una subestructura de Los Monos”.

Quienes realizan investigaciones en el campo de las drogas aseguran que hay otro grupo, liderado por Francisco “Fran” Riquelme, con suficiente poder de fuego en Empalme Graneros en el límite del barrio Industrial, donde hay un alto índice de consumo –se habla de un 90 por ciento-, de los jóvenes que viven en condiciones habitacionales deplorables, en una zona de pasillos angostos y sin servicios públicos.

 

Versiones

Y eso no es todo. Hay versiones de distinto tenor: Algunas indican que los jóvenes adquieren determinadas drogas en farmacias y las mezclarían con bebidas alcohólicas y otras hacen referencia al crecimiento, en Rosario, de la droga en tránsito, aunque en contraposición a esta última data hay otra que hace mención a que el consumo no ha aumentado respecto de la cocaína, pero sí lo ha hecho el paco por el aumento de la oferta dirigida a sectores empobrecidos.

 

Recuerdo para desmemoriados

El tiempo transcurre inexorable y la memoria nos traiciona. Señalo esa circunstancia para marcar una decisión judicial que la Legislatura santafesina esquivó como lo hacían los toreros profesionales.

En su momento, 40 jueces penales de la 2da. Circunscripción pidieron a la Legislatura  el pronto tratamiento de una ley  para que se concretara la realización de centros de atención  para personas con problemas de adicción.

Las autoridades judiciales dieron a entender claramente que, en algunas localidades faltaban instalaciones para hacer cámaras Gesell y ello obliga a trasladar a muchos kilómetros a menores que son víctimas.

Si analizamos en cifras lo hecho por la justicia en el tiempo, podemos referenciar que de 6.074 audiencias efectuadas en 2014 se pasó a 19.415 en 2017. En 2014 se hicieron 9 juicios orales; en 2015, 39; 2016, 74 y en 2017, 96 y continuaron creciendo hasta la actualidad.

A ese cambio de paradigma adhirieron Chaco, en nuestro país y Portugal, México y Guatemala para resguardar la salud pública.

 

La corrupción

Analistas de cuestiones que tienen que ver con la seguridad afirman que “la corrupción policial se padece a nivel mundial con más o menos prolijidad, mientras el poder político marca la impronta de la gestión en desarrollo.

Algunos gobiernos posibilitan el juego, otros la prostitución y un tercer grupo, a esos dos delitos le agregan el negocio narco, el robo descontrolado, la piratería del asfalto, los secuestros el robo a bancos y el lavado de dinero. El que está, evidentemente, en un franco crecimiento, es el homicidio.

Los jóvenes rosarinos quizás no recuerden o por su edad no han tomado conocimiento que en su momento la corrupción llegó a una situación tan escandalosa que un comisario, de apellido Galanzino, denunció a gobernantes, magistrados, autoridades policiales y a políticos como encubridores del negocio de la droga en Santa Fe y no lo hizo de palabra –como los curanderos-, sino que hasta se tomó el trabajo de escribir un libro.

Télam, Rosario 23/05/06
La jueza federal Laura Ines Cosidoy.
Foto: José Granata/Télam/tlp

La jueza federal Inés Cosidoy también no se dejó amilanar y enfrentó a sicarios, narcos y políticos. Por ello sufrió amenazas y atentados hasta que la falta de apoyo institucional y político le costó el ostracismo. Es más, los comentarios que se dejan trascender indicaban que “la tuvieron que ascender. Sino muchos terminaban tras las rejas en varios estamentos del gobierno provincial”.

A todo esto, crecía el negocio de la droga y llegamos a la causa de la efedrina y el chivo expiatorio se llamó Mario Segovia. Todo es historia.

Segovia, de ignoto delincuente pasó a convertirse en el hombre fuerte que manejaba el negocio de la efedrina y sus enemigos del palo decían que el investigado “no estaba calificado ni para vender pastelitos y pororó en el Parque de la Independencia”, un espacio tradicional rosarino al que le hallaron los sicarios “una nueva forma de hacerlo conocer turísticamente”: Tirándole muertos a otras bandas con cartelitos amenazantes.

 

¿Mecanismo novedoso?

Evidentemente, se comenzó, al parecer, a aplicar un mecanismo novedoso, consistente en secuestrar al voleo en la calle a cualquier habitante, introducirlo en un auto, llevarlo a un lugar determinado –en el primer caso frente a un club de fútbol- obligarlo a descender y sin mediar palabra, efectuarle varios disparos mortales, entre los que se cuenta uno  en el cráneo para evitar la variable de la sobrevivencia.

Eso sí, antes de irse del lugar, en el caso que nos ocupa, los asesinos le dejaron al cuerpo exánime de Lorenzo Altamirano una nota a los presumibles posibles destinatarios reales del crimen: Damián “Toro” Escobar, Leonardo Vinardi y Gerardo Gómez, a quienes le dijeron que “dejaran de sacar a los chicos del club para tirar tiros en Rosario”. Los dos primeros mencionados estarían relacionados con una de las facciones de Los Monos y tendrían injerencia en la barra brava leprosa. Un mensaje similar, minutos antes fue dejado frente a la subcomisaría 20º de Villa Gobernador Gálvez, atacada a balazos desde una moto.

Quiera Dios que lo que presumo no se multiplique. Sería atroz para los rosarinos.

 

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*Ricardo Marconi es Licenciado en Periodismo y Posgrado en Comunicación Política

Foto: CEDOC

Viene de acá: El crimen organizado abandonó la marginalidad para hacerse del poder

Continúa acá: El infierno tan temido

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