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Espionaje ilegal: las cloacas políticas (Parte 1) – Por Ricardo Marconi

El Rompecabezas de la Muerte en Rosario – Por Ricardo Marconi

Espionaje ilegal: las cloacas políticas (Parte 1)

El gobierno nacional, luego de analizar minuciosamente el funcionamiento de los organismos de inteligencia, decidió la reestructuración de la Agencia Federal de Inteligencia y reivindicar a la Secretaría de Inteligencia del  Estado (SIDE).

En un comunicado oficial se señala que la AFI fue “utilizada para actividades espurias como el espionaje interno, el tráfico de influencias y la persecución política e ideológica”.

El presidente Javier Milei apuntó que “la proliferación de estas conductas constituyó una deuda con el sistema democrático y republicano”.

Vale hacer notar que continuará en el cargo de interventor Sergio Neiffert, quien asumió el 12 de diciembre de 2023, en reemplazo de Silvestre Sívori. Con la medida se pretende “disponer de recursos al servicio de la protección del pueblo argentino”, ya que la ex AFI “no tuvo una supervisión efectiva, producto de intervenciones que se extendieron durante años”.

Sergio Neiffert, director de la nueva SIDE

Pudo saberse que las nuevas autoridades tienen previsto modificar el esquema de funcionamiento de la nueva SIDE con la generación de un esquema de funcionamiento que contempla una subdivisión en cuatro sectores: Servicio de Inteligencia Argentino, Agencia de Seguridad Nacional, Agencia Federal de Ciberseguridad y División de Asuntos Internos, que se dedicaría a la prevención del espionaje ilegal. En esta última División se designaría a un funcionario con experiencia en la justicia federal.

Las nuevas autoridades que se harán cargo se hallan analizando la reincorporación de agentes con experiencia y de especialistas del denominado mundo blockchain, a lo que se sumará el fortalecimiento de las relaciones con agencia internacionales  -que ya habíamos adelantado en columnas anteriores-, y la probable mudanza del actual edificio.

La Casa Rosada, en voz baja, hizo conocer que recientemente fueron recibidas amenazas, calificadas de “serias”, contra la seguridad del presidente. El diario La Nación hizo mención a que meses atrás fue lo que decidió a Milei “dejar de viajar  en vuelos comerciales”.

El asesor presidencial Santiago Caputo, quien tiene a su cargo la estrategia general del gobierno, eligió a Neiffert y asesoró en la nueva estructura de la nueva SIDE junto al secretario de Asuntos Estratégicos de la Jefatura de Gabinete, José Luis Vila, ex funcionario de la SIDE y sirvió en el área de Inteligencia en Washington hasta que Oscar Parrilli se hizo cargo de la AFI.

No puede dejar de mencionarse que extraoficialmente se realizaron consultas a quienes formaron parte del círculo operativo del exdirector de Operaciones Antonio Stiusso.

Con la nueva conformación del área del espionaje se busca lograr eficiencia específica e integradora para que no haya un “hombre fuerte” que maneje todo el funcionamiento.

Ya nació el criterio de subdividir el accionar en cuatro edificios estatales aptos para albergar a los espías, mientras que la sede actual sería destinada al funcionamiento de un ministerio.

Es evidente que el nombre de Servicio de Inteligencia Argentino está inspirado en la estructura de la CIA de Estados Unidos. Y es obvio que la tarea más relevante será la de recoger información estratégica alrededor del orbe y que, trascendió, estaría a cargo de Alejandro Walter Colombo.

Colombo se desempeñó como agregado de Inteligencia en la embajada romana en la época del menemismo, encargado del sector internacional de la AFI, a lo que hay que agregar que fue titular del área de Relaciones Internacionales del Gobierno de la Ciudad.

Se pudo determinar, a través de trascendidos que este último nuevo funcionario logró en sus gestiones tener lazos  amistosos con funcionarios de la CIA y con el Mossad, a partir de los vínculos obtenidos por el exjefe de Gabinete Posse.

La conducción de la ASN, considerada una especie de FBI argentina, fue designado Alejandro Cecati, un ex-custodio del expresidente Macri, así como de Daniel Scioli y hasta de Carlos Corach.

La ministra de Seguridad Patricia Bulrich había tenido en cuenta a Cecati como jefe de Policía, pero fue Posse el que tomó la decisión final cuando debió intervenir en la designación de todas las cabezas de fuerzas de seguridad.

Intromisión

El nuevo funcionamiento de la SIDE tendrá intromisión directa sobre la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC) que maneja la información secreta de las fuerzas de seguridad y que es probable que se dedique a profundizar la temática del combate frontal al narcotráfico.

La prevención de los ciberataques, que cumpliría una misión parecida a la de la NSA, fue nombrado Ariel Waissbein, quien es un experto en criptografía y seguridad en el campo de la información con experiencia en tecnología (blockchain).

La División Asuntos Internos recepcionará denuncias de agentes que hayan recibido órdenes ilegales, con lo que se termina el mecanismo de la “obediencia debida”. Neiffert estará facultado para poner en funcionamiento una Comisión transitoria de Reencasillamiento del Personal Transferido de la AFI.

El pasado “pisado”

Teléfonos intervenidos, agentes de inteligencia infiltrados en manifestaciones, confección de listas negras de políticos, artistas, dirigentes sindicales y de otros tipos según las circunstancias políticas emanadas del poder, estuvieron a cargo de más de 2.000 espías cuando dependían de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), cuya sede central estaba ubicada en 25 de mayo 11, a metros de la Casa de gobierno y su frente, de color blanco, tenía vidrios espejados. Vale recordar que el edificio de la SIDE fue construido por el arquitecto  Alejandro Bustillo.

Cuando Hugo Anzoregui llegó a la SIDE encontró en sus archivos las pruebas de afirmaciones familiares: Una carta de puño y letra en la que Levene le comunicaba  al presidente  de la Caja de Previsión del Personal del Esado que  desde el 1º de enero de 1956 hasta el 28 de febrero de 1957 había prestado servicios como letrado de la SIDE y adjuntaba un certificado. Ricardo Levene manifiesta que aquel cargo le fue convertido por la dictadura de Aramburu “como especie de reparación moral” por su cesantía como juez en 1955, pero que “no borró el irreparable daño material”. [1]

La ex SIDE fue creada en 1957 por un decreto de la Revolución Libertadora, aunque insistentes versiones  hacen notar que el ex presidente Juan Domingo Perón ya había organizado un aparato de inteligencia.

El 28 de febrero de 1973 el gobierno de Alejandro Lanusse sancionó la Ley (secreta) 20.195 que convirtió a la SIDE en el organismo responsable de realizar actividades informativas para producir inteligencia de Estado a los fines de optimizar la seguridad nacional. Y diez días después, se emitió otro decreto que reglamentó su organización y tareas a realizar.

Intento de desmilitarización

El gobierno de Raúl Alfonsín intentó desmilitalizar el funcionamiento de de dicha Secretaría y en 1991, durante el gobierno del ex presidente Carlos Menem, se creó la Comisión Bicameral, compuesta por diputados y senadores, encargada de fiscalizar los organismos de inteligencia, a los efectos de transparentar su actividad.

En sus inicios, los agentes se nutrían, en primera instancia, de las noticias publicadas en diarios y revistas –como lo han hecho durante muchos años organismos similares en distintas provincias, así como en ciudades importantes como Rosario-, tanto nacionales como del extranjero.

Ese mecanismo elemental obligó al gobierno a buscar personal que dominara uno o varios idiomas extranjeros  para reunir y procesar la información que se obtuviera, a lo que se sumaba el personal que era destinado a determinados países del exterior –no sólo para obtener información de Argentina-, ya que se captaban agentes para que informaran a las dependencias de la inteligencia de nuestro país. Los agentes trabajaban en las embajadas y consulados argentinos.

Los datos recogidos eran –y son– diariamente comunicados al presidente para que tome las decisiones sobre seguridad nacional, a los efectos de prevenir atentados terroristas, desbaratar mafias criminales internacionales y nacionales y narcotraficantes en los mismos niveles. También, el presidente de turno es informado sobre acciones de contrainteligencia, descubrimiento de organizaciones que lavan dinero y recibe información para prevenir o evitar conflictos.

En un principio, el 70 por ciento del personal era masculino y sólo los cargos superiores eran universitarios. El 30 por ciento hablaba otro idioma, fundamentalmente inglés.

En este sentido, la SIDE no tenía suficientes espías con conocimiento de los idiomas ruso, ucraniano, entre otros e iraní. Este último idioma es más que necesario conocer actualmente, ya que Irán es un Estado que exporta organizaciones terroristas y narcocriminales que representan una amenaza permanente. La zona denominada de la Triple Frontera, es un ejemplo concreto de lo indicado, ya que al tráfico de droga y armas se suma la necesidad de prevenir acciones terroristas que nacerían desde lo logístico en esa zona.

Los espías de la Secretaría estaban divididos en jurisdicciones dentro del país y ha trascendido que habitualmente no dan abasto y se ven obligados a pedir refuerzos de personal a Capital Federal.

Inorgánicos

Así se denominan a los agentes que cobran pero no figuran en las planillas del personal y forman parte de listas “negras”. Entre sus funciones básicas, figuran las de infiltrarse en las manifestaciones.

El primer jefe del gobierno de la Alianza en la SIDE fue Fernando De Santibañez, al que todos conocían como “Señor 5”. Los recién iniciados figuran con un nombre y apellido ficticio y un seudónimo, mecanismo que se utiliza para preservar el verdadero nombre del agente. Obviamente el personal niega su pertenencia al organismo y que función específica cumple, datos que debe desconocer su familia.

Fernando de Santibañes, ex jefe de la SIDE

Trascendió que De Santibañez habría despedido a 1.300 agentes, muchos de los cuales estaban vinculados con el Proceso de Reorganización Nacional.

La escuelita

En la época de Santibañez el presupuesto era de 300 millones de pesos y se pasó a otro de 135 millones, a la vez que se reestructuró el programa de estudios de la Escuela de Inteligencia, a la vez que se crearon áreas específicas y grupos de actividad determinados con el agregado de mucha tecnología.

La Escuela Nacional de Inteligencia está ubicada en calle Libertad, más específicamente en el palacio que fue de Victoriano de la Plaza que cuenta, en su ingreso con un portón.

Su director era Pablo Werning, amigo de De Santibañez. Werning reformó los planes de estudio de los cursos para que el personal pudiera ascender jerárquicamente, dándosele preminencia a los que poseían conocimientos de computación e idioma, así como los relacionados con la Maestría en Inteligencia Estratégica.

Infiltraciones

Las versiones indicaban que De Santibañez solo autorizaba infiltraciones en casos de corrupción u otra investigación en curso que lo ameritara suficientemente.

Es por esa razón que antes de actuar, la SIDE realizaba una medición de 0 a 10 sobre el conflicto social y a las provincias que superaban el 7 se las clasificaba como conflictivas.

Si algún funcionario debía entrevistarse con el jefe de los espías, el visitante era conducido diligentemente a una salita con techos altos de tres metros, pisos de mármol y flores de plástico.

El “Señor 5” Hugo Anzorregui prefería tenerlos  a todos en las planillas de personal “para estar tranquilo”, según trascendió de manera no oficial. Era evidente que no quería personal inorgánico. Dicen que  el “Señor X” es el encargado del área de comunicaciones.

Darío Richarte, quien fue designado como subsecretario de Inteligencia, era muy exigente en lo relativo a disponer una “pinchadura telefónica”. Lo hacía siempre que hubiera  una orden judicial. Sin embargo, irónicamente, suponía que su teléfono “estaba pinchado”.

Los agentes cuentan con tarjeta magnética hasta para usar los ascensores y –como en las películas- utilizan determinados bares, los que se cambian cada vez que asume un nuevo gobierno, aunque los espías serían muy elitistas, ya que generalmente rotan por los de Puerto Madero.

Las gestiones de adaptación de sus tareas es permanente, debido a que el gobierno argentino ha incrementado sus intereses en el campo del narcoterrorismo y la narcocriminalidad.

Terminología

En el atrás de la escena de la estructura de los espías existe una terminología acuñada en años de acción subterránea, tanto en el país como en el exterior. Algunas de las denominaciones son las siguientes:

Caminante: Agente que tiene la orden de seguir a una persona.

Caminado: Objetivo al que no sólo se lo sigue. También se lo filma, se le sacan fotos digitales, se lo escucha y se le recolecta información en el sector de la ciudad donde habita.

Caso: Carpeta madre en la que se llevaba una investigación.

Lanchear: Seguimiento  para buscar un objetivo.

Oveja: Orden para iniciar una investigación.

Tomado: Controlado.

 

[1] Horacio Verbitsky. Hacer la Corte. Página 54.

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*Ricardo Marconi es Licenciado en Periodismo y Posgrado en Comunicación Política

Viene de acá: Acapulco, un paraíso destruido por narcotraficantes, guerrilleros y un huracán

Continúa aquí: Espionaje ilegal: las cloacas políticas (Parte 2)

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