📜 Historia: El Concejo al rescate de los pobres (Parte 4) – Por Paulo Menotti
Rosario, 1928
La campaña política y el aire de esperanza para los sectores obreros de la ciudad marcó al año 1928 y convirtió a la ciudad en el eje de conflictividad obrera de la Argentina superando a Buenos Aires. Hacia fines de abril se produjo un paro portuario porque desde hacía tiempo el gobierno de Alvear les pedía un certificado de buena conducta a los trabajadores para poder ingresar a cumplir labores en el puerto rosarino. La medida terminaba siendo una forma de clientelismo político porque los comisarios brindaban ese certificado a los correligionarios. Entre anarquistas y comunistas surgió el recelo de no poder ir a trabajar al puerto, el lugar mejor pago de entonces. El paro, entonces, tomó un rumbo trágico cuando a principio de mayo un sicario de la Asociación Patronal y de la Liga Patriótica Argentina, dos instituciones que pertenecían al empresariado y se dedicaban a romper huelgas, mató a una joven obrera textil de 19 años, Luisa Lallana, el 8 de mayo. Al día siguiente, en el sepelio de Lallana participaron entre 10 y 15 mil personas y, por la tarde, estalló la ciudad con familias de trabajadores que irrumpieron en el centro y rompieron faroles, vidrieras y saquearon los mercados de abasto. Desde entonces, la ciudad no se calmó y tuvo ocho paros generales. Ni siquiera la intervención del Ejército en el diciembre de ese año pudo tranquilizar a las masas.
En ese marco, los concejales yrigoyenistas y socialistas independientes se habían propuesto que los trabajadores rescaten sus pobres bienes empeñados en el Banco Municipal de Rosario. Algunos de la bancada del PDP estaban a favor mientras otros callaban o se oponían. Por su parte, el socialista Rodolfo Galaretto y el comunista Mario Cascallares protestaron por la medida que consideraban una dádiva y pensaban que a las trabajadoras y trabajadores les correspondía mucho más que eso.
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