Dos en la ciudad – Por Juan Pablo Darioli
Justicia no perseguirás
Desde un territorio que ya creía dominado y de parte de un actor inesperado, llegó una estocada al corazón de la distribución de poder de la futura reforma de la Constitución soñada por el gobernador. Luego de su jura como cortesano, Rubén Luis Weder declaró que había que ubicar bien el lugar del Ministerio Público de la Acusación en la Carta Magna, ya que, producto de su relativa reciente creación y algunos hechos por todos conocidos, parece estar conducido por el Poder Ejecutivo, cuando en realidad debe ser un ente autónomo. La respuesta institucional no tardó en llegar, negando lo evidente. En esta nota de Ramiro Porchietti para Letra P pueden buscar más detalles.
Más en el fondo del debate institucional sobre qué lugar en el organigrama formal debe tener el MPA está la discusión política que atañe al contexto político, social y criminal que vivió y todavía vive Rosario. En definitiva: sin la intervención del órgano fiscal, Pullaro no podía conseguir lo que consiguió en estos meses de gestión de la seguridad pública. Su alianza con Vranicich fue debidamente publicitada y es comprensible en términos políticos dentro de un período excepcional. Pero volcar ese funcionamiento a la Constitución es algo reñido con los derechos y las garantías (vade retro, dirán en la Casa Gris). No es motivo de especulación, son textuales palabras de la secretaría y convencional, Lucía Masneri.
“Si la persecución criminal depende de todos y de nadie, a quién le reclamamos”, analiza la secretaria de Asuntos Penitenciarios, obviando el principio de autonomía que debe tener un órgano de acción penal. Ya hablando concretamente de las modificaciones en la Constitución, afirma “si está entre las funciones del Ejecutivo estar ahí respecto de la persecución criminal, es del Ejecutivo”. Es lesivo para la democracia que el Poder Ejecutivo tenga a su mano como herramienta la prosecución criminal, fuera de los contextos de crisis y en momentos de “normalidad”, si se permite el término.
El Pullaro gobernador quiere diferenciarse del Pullaro ministro de Seguridad en las estadísticas de resolución judicial y cede ante la presión pública de dar alguna certeza/novedad en casos resonantes. El caso de Ivana Garcilazo fue una buena para su haber. En cambio, en el caso de Andrés “Pillín” Bracamonte detuvieron el viernes por un llamado anónimo a 34 personas que jugaban al fútbol en el barrio 7 de septiembre, territorio de Los Menores, de los cuales solamente pudieron dejar en prisión preventiva a uno por la tenencia de un arma con la numeración limada y municiones. No se puede hacer todo por un título en los medios.
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Una de las operaciones del Autodidacta de Villa Crespo en el marco de sus Dos Batallas fue "el asedio del Intendente”, donde Megafón lo hace asomar a éste por la ventana de su residencia en Diagonal Norte y San Martín (actualmente la legislatura porteña).
“- vea usted: la Casa Rosada es el asiento del ‘poder temporal’. ¿Y qué tiene a su derecha y a su izquierda? El Banco de la Nación y el Ministerio de Hacienda. ¡Señor, es increíble!
– ¿Por qué?
– ¡Se diría que sólo el dinero está flanqueando al poder en esta República! Lo que debería figurar a la derecha y en el mismo plano de la Casa Rosada es la Catedral de Buenos Aires como símbolo de la ‘autoridad espiritual’; y a su izquierda un Ministerio de las Armas o residencia de Marte, como asiento del ‘segundo estado’. ¡Gran Dios! Con este desorden en el tablero del simbolismo, nadie podría organizar aquí una batalla ni terrestre ni celeste.”
En una lección inicial de urbanismo político, Leopoldo Marechal introduce en “Megafón, o la guerra” una crítica temprana al capitalismo financiero y la cooptación del poder político. Quizás por eso, según cuenta Cristina Kirchner, era una de las novelas preferidas del papa Francisco.
La prédica contra el capitalismo deshumanizante, el trueque de la espiritualidad por la fascinación por la plata y su mirada incisiva sobre el genocidio de Israel en Palestina lo transformaron en mucho más que el primus inter pares de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Quiero compartirles una nota de Washington Uranga en Página|12, que aborda la integralidad del pontificado de Francisco: su retórica, sus acciones y sus luchas, con las cuales ejerció “un liderazgo firme, dentro y fuera de las fronteras institucionales“. También recomendarles una entrevista a Emilce Cuda en Revista Supernova, más doctrinaria, para profundizar sobre los fundamentos filosóficos y teológicos del primer papa argentino.
