PROYECTO ESCAÑO

La implosión de violencia en Rosario ya generó 80 homicidios en 2023 – Por Ricardo Marconi

🩸 El Rompecabezas de la Muerte en Rosario – Por Ricardo Marconi

La implosión de violencia en Rosario ya generó 80 homicidios en 2023

 

Es evidente que la violencia “con resultado de muerte” no se detuvo en Rosario, a pesar de los cambios decididos a nivel de los sistemas de seguridad en la provincia y fundamentalmente en Rosario.

Por el contrario, las estadísticas indican que en marzo pasado se produjeron 22 homicidios en un rango etario de víctimas que se inicia a partir de los 11 años y concluye en los 69.

Pérez, Villa Gobernador Gálvez, y Rosario con 2, 3 y 16 asesinados, respectivamente, redondearon el número de cuerpos sin vida distribuidos en Santa Fe. Así, en 90 días, en el Departamento, los santafesinos vieron con resignación y manifestaciones, como se cometieron 80 homicidios en los primeros 90 días del 2023, esto es 15 más que los generados a la misma altura del 2022.

Desde enero de 2012 hasta el presente ya hubo más de 2.400 muertos, consecuencia de los nichos de riquezas mal habidas, cuevas financieras y bolsones de pobreza, junto a focos de corrupción que han convertido a Rosario en una especie de emporio de delincuencia sistémica, incrementada por el tráfico de droga que autoridades del área de seguridad nacional y provincial no han logrado detener.

Ya hemos señalado en esta columna –en varias oportunidades-, que el narcomenudeo deja en Santa Fe y aún más puntualmente en Rosario, una estela de cocaína, marihuana y otras drogas como el fentanilo –la sobra del total ilegal de ellas, que pasan por nuestra ciudad para llegar al puerto local y continuar su viaje a Uruguay, Brasil y Europa- generando el mísero negocio del narcomenudeo, el lavado de activos y otras lindezas que explotan temibles bandas narcos con el apoyo de tiratiros, quienes no se privan de nada cuando llega el momento de ejecutar personas o producir balaceras, recibiendo cifras que oscilan entre 50 y 80 mil pesos por cada “acto de servicio”.

A pesar de todo lo enunciado por funcionarios nacionales como apoyo a las fuerzas de seguridad de la provincia y la actividad de inteligencia criminal que dicen hacer, las drogas ilegales siguen llegando a Rosario por las rutas 9, 11, 38 y 34, las que se transforman en un embudo cuando arriban a su destino del Cono Sur.

No son pocos los habitantes de Rosario que conocen a nuestro medio como “La capital del crimen” en reemplazo de la “Chicago Argentina”, y menos aún los rosarinos se olvidaron de los 14 disparos de bala que impactaron en la vivienda del ex gobernador de Santa Fe Antonio Bonfatti, episodio por el que fue imputado Emanuel Sandoval, quien en 2019 fue asesinado cuando cumplía prisión domiciliaria por 2 tentativas de homicidio.

También recuerdan el homicidio de Luis Medina, al que le cerraron su boliche Esperanto por ruidos molestos, sin mencionar el lavado de activos. En este caso, Medina recibió una decena de tiros.

Casi diariamente los medios de comunicación se han referido a los presuntos contubernios de funcionarios de distintos partidos políticos por el reparto del poder sin afectar el comercio de la droga que manipulan las bandas criminales, subdivididas en clanes, como los primeros seres humanos que dieron sus primeros pasos en la faz de la Tierra. Ellos se enfrentaban a pedradas como mecanismo de defensa a distancia hasta que la primera flecha los alcanzó desde lejos, miles de años de por medio.

En el presente y en territorio santafesino los “Puertos secos” moverían fortunas, según trasciende en el universo de lo incomprobable, como si fueran un “agujero negro” del mundo narco-agrícola. En el negocio inmobiliario también se habla insistentemente en idéntico sentido.

La contraparte es la pobreza de inmensos sectores sociales, cuyo objetivo diario es el de vender “merca” o cobrar por matar por orden de terceros o a quien intente apoderarse de su “negocio”.

 

Subdivisiones 

Entiendo que no debe haber funcionario alguno, en la escala nacional, provincial o local, que no sepa de la existencia de las subdivisiones existentes en el negocio narco, las que son la criminal, la institucional, la social, la financiera y la policial. Es que nadie quiere quedarse afuera.

El desempleo juvenil y la pobreza, con características agobiantes y crecientes derivó -entre otras causas-, en la aparición de los clanes dedicados a la actividad narco.

Junto a la destrucción industrial se ha conformado un colchón socioeconómico que facilitó el nacimiento de una familia delictiva y un clan: La familia Cantero y el clan Alvarado.

Las impericias de algunos funcionarios posibilitaron iniciarse en el robo de automóviles para pasar luego al negocio narco, a lo que se sumó la extorsión, la trata de personas, el lavado de activos y los asesinatos por encargo, como complemento final de su crecimiento económico.

El clan Alvarado también se desarrolló de manera inconmensurable en lo económico, al punto tal que su jefe máximo se maneja, en el interior de un penal como si fuera el dueño de un banco, según sus propias palabras.

 

Barrios “tomados”

Utilizando frases rimbombantes para producir títulos en los medios nacionales, los políticos dan cuenta de Rosario como una ciudad en la que sus barrios de la periferia han sido “tomados por los dealers” y han sido abandonados a su suerte.

Y esto, según los mismos dicentes, los narcos se han hecho cargo de comedores comunitarios y talleres, a lo que se agrega el pago de sepelios, a la vez que organizan shows populares para, presumiblemente, acercar jóvenes a su tropa, a los que les ofrecerían dinero en efectivo.

 

Run run

Un run run creciente señala la existencia de un negocio relacionado con el tráfico ilegal de drogas que movería más de 9 millones de dólares mensuales en la provincia, quedando ganancias por 5 millones de la misma moneda, según estimaciones de la Universidad Nacional de Rosario.

Del total no está precisado, al centavo, cuanto se reinvierte en el circuito legal.

 

El elemento seguridad

Otro elemento que se maneja en estas apreciaciones sobre el tema que exponemos es el de la seguridad. En ese factor se discute, desde tiempos inmemoriales, el poder de fuego y de la inteligencia criminal de las fuerzas nacionales y provinciales, ya que no han logrado evitar la feudalización del territorio santafesino y menos se han ocupado de destruir las cajas recaudadoras.

Un conocedor del tema me dejó para que tomara una de sus apreciaciones: “Si sumamos a los policías y a los agentes penitenciarios detectados y detenidos por trabajar para los narcos, podríamos –quizás-, en tantos años, igualar al personal de toda la provincia del área”.

Obviamente, en tantos años de incompetencia “podríamos sumar a funcionarios de toda laya, al punto tal que han permitido transformar a las cárceles en call-centers”, me agregó.

 

¿Y con los legisladores que pasa?

Cuando le pregunté a mi interlocutor como veía el posicionamiento anti narco en Santa Fe respecto de los legisladores, me respondió que “Los legisladores provinciales vienen recibiendo imputaciones por su presunta relación con investigaciones relacionadas con el mundo narco y algunos empresarios no se privaron de participar para no ser dejados haciendo señas”.

En nuestra columna, más de una vez anticipamos temporalmente lo que ocurriría en Rosario en el terreno de los acontecimientos por venir -y eso que Nostradamus no puede ayudarnos-, por lo que dejamos un ejemplo: Las complicaciones surgidas en el barrio Vía Honda.

Asimismo, hicimos referencia a la posibilidad de que el episodio que ocurrió frente al estadio de Newell’s, con la utilización de un cuerpo sin vida, utilizado como “sobre para enviar un mensaje criminal” pudiera repetirse.

Con leer las columnas ya publicadas, el lector tendrá que admitir lo enunciado.

El barrio Vía Honda tuvo que ser el foco de múltiples allanamientos para frenar una serie de asesinatos. La propagación de ataques de balaceras, con el agregado de notas adjuntas, a modo de aviso, ya son advertencias que deben ser consideradas como moneda corriente.

Ya no existe prurito alguno para ordenar balaceras en escuelas, concesionarias de autos, comedores escolares y estaciones de servicio cuando las víctimas se niegan a pagar mensualmente “protección”. Así se gestó en Rosario el desarrollo de la Cosa Nostra, con la llegada de la mafia siciliana, encubierta con negocios de carbonerías y verdulerías.

 

Porcentajes 

Más del 65% de las muertes en Rosario corresponden a disputas territoriales y en el diario La Nación se hizo referencia a que la violencia se concentra en el 13% de la ciudad, lejos de los bulevares.

En el 2022 se registraron 732 extorsiones y en más de 400 se utilizaron armas, según el mismo diario. Hasta finales del 2022 en el 85,85 % se usaron armas de fuego y el 90,1 % de los delincuentes eran jóvenes de entre 20 y 29 años. Un 72% de las muertes tuvieron lugar en la vía pública, ocurriendo el 62% de los asesinatos en horario nocturno, siendo planificados 3 de cada 4 homicidios.

 

————————————–

*Ricardo Marconi es Licenciado en Periodismo y Posgrado en Comunicación Política

Foto: @RodrigoMiro76: "El incendio de una camioneta policial y la balacera a la cárcel en Rosario se dieron en medio de presiones para conseguir prisión domiciliaria de una mujer detenida, de fuerte vinculación con Los Monos. El vallado de dos Comisarías se da en el mismo contexto". Foto @juanfotosros

Viene de acá: Volvieron a producirse ataques mortales en una ciudad bañada en sangre

Continúa aquí: Una década de sangre y muerte y las implicancias del asesinato de un “fantasma”

Scroll al inicio