📜 El Rompecabezas de la Muerte en Rosario – Por Ricardo Marconi
La N’drangheta calabresa se expande y ocupa
nuevos mercados en E.E.U.U. y Argentina
El 3 de noviembre pasado adelantamos en esta columna semanal de Proyecto Escaño los trascendidos que implicaban la infiltración de la mafia de la Ndrangheta en Argentina y, posteriormente en otro informe hicimos lo propio con operativos policiales que permitieron la detención en nuestro país de un presunto componente de la misma.
Ahora, la agencia internacional de noticias ANSA confirmó la existencia de sus tentáculos criminales en Nueva York y, específicamente “entre los rascacielos de Manhattan”.
Los fiscales italianos dieron a conocer que fueron detenidas 18 personas a los que se los acusó de haber formado parte de dicha organización criminal, con sede en Rocca Di Neto, en el área de Crotone, sur de Calabria.
Extorsiones
La organización habría realizado extorsiones masivas contra operadores económicos en entornos importantes a la zona conocida como “La gran manzana” y suministrar cocaína, según los mismos fiscales.
La operación ítalo-americana en Nueva York fue desarticulada a través de la coordinación de operaciones conjuntas por parte de la Dirección Antimafia (DDA) de Catanzaro, Italia.
Las indagaciones se habrían iniciado en el mes de marzo del 2020 y estuvieron a cargo, en los procedimientos por parte del Servicio Operativo Central (SCO) de la Policía de Estado, a través de los escuadrones de Catanzaro y Crotone y por los departamentos de Prevención del Delito italiano, con la colaboración, en territorio de EE.UU., jurisdicción del FBI.
Órdenes de arresto
Las disposiciones finales para iniciar los arrestos fueron emitidas por el fiscal adjunto Paolo Sirleo, quien dirigió la investigación en estrecha colaboración con el fiscal Nicolás Gratteli.
Los individuos finalmente capturados viven en Nueva York desde hace varios años y los investigadores sospechan que actuaron como si fueran una “célula dormida”, -habitual en el mundo del terrorismo y del espionaje-, presuntamente dependiente del Grupo Corigliano-Comito, que tendría la capacidad de tener el control territorial y suficientes elementos en las jerarquías internas para operar en consonancia con el crimen organizado de Nueva York y con el representante en EE.UU. de Beldevere Spinello, que contaría con proyecciones en el territorio norteamericano.
Beldevere Spinello es un municipio ubicado en la provincia de Crotona, en Calabria, Italia, de una superficie de 30 km2, con una población de casi 3.000 personas.
Cabe agregar que las averiguaciones permitieron esclarecer extorsiones contra los propietarios de una clínica privada de Rocca Di Neto, los que se veían obligados a pagar 2.000 euros al mes para “garantizar la tranquilidad de la empresa”.
Empleados autorizados por la clínica, trascendió, llamaban una vez al mes a Martino Coligliaro, dueño de un bar en Rocca Di Neto para solicitar el “suministro de croissants al estilo francés”. Era una petición en clave para indicar a los extorsionadores que el “dinero estaba listo”.
El director de la Central contra el Crimen de la policía estatal italiana indicó que la represión tuvo involucrados durante 10 días a varios escuadrones móviles italianos, coordinados por fiscales de Roma, Milán, Nápoles, Breccia, Salerno, Perugia, Latina, Reggio, Calabria, Trápani y Catanzaro.
Asumir el poder de una ciudad
Especialistas en narcotráfico saben que cuando una organización asume el poder en una ciudad, en una zona de la misma o en un barrio específico, de hecho su modus operandi es el hacer una “cabecera de playa”, al estilo de las invasiones militares en tiempo de guerra y, a partir de allí, empezar a ocupar otras geografías con el apoyo de otras organizaciones poderosas y con la colaboración de individuos –tanto hombre como mujeres-, dispuestos a subsistir en el tiempo o transitoriamente.
El primer paso de los funcionarios debe ser el enfrentar a los narcos y articular iniciativas que se transformen en políticas públicas para enfrentar y disminuir la posibilidad de limitar al máximo la violencia asociada al narcotráfico organizado.
Pérdida de capacidad
El Estado hace décadas que ha perdido su capacidad de implantarse en forma homogénea. Las instituciones del Estado, que debieran hacerlo, están debilitadas o colonizadas por los traficantes que han logrado hacer primar las actividades informales e ilegales.
Las policías provinciales cumplen el primer paso para disminuir la violencia barrial mediante la saturación, la que debe continuar con un control permanente del mantenimiento profundo del barrio afectado.
Como esto último casi no ocurre, cuando el Estado se retira, el narco a través de sus bandas ve restituida su autoridad. Para lograr el mantenimiento del control, las fuerzas de seguridad deben hacer rotar al personal para que no se relacione con el narco y si es posible cambiar la fuerza de control, mejor aún.
Cualquier estudioso de la criminalística y la criminología también sabe que lo enunciado debe ser acompañado de un programa de prevención de la violencia familiar y de género, a lo que debería sumarse un servicio de mediación para la comunidad que tenga interacción con las fiscalías barriales para evitar la denuncia policial, ya que esta última es permeable a los arreglos con los narcotraficantes, implicando esta circunstancia de acciones lentas o inacción lisa y llana.
La faltante de equipos de trabajo
Evidentemente faltan equipos multidisciplinarios dedicados a la contención juvenil para evitar, en lo posible, el abandono temprano escolar y a ello hay que agregar la necesidad de contar con servicios descentralizados para prevenir adicciones en los barrios –no sólo en los más pobres-, donde habitan los clientes de organizaciones de traficantes, que lo primero que hacen es acosar, mediante tiempos perentorios –en todos los casos innecesariamente, ya que poseen las bandas un alto poder económico-, a sus víctimas con deudas.
Desplazamientos
Para colmo, las economías ilegales están desplazando aceleradamente a las legales, como por ejemplo, -se comenta insistentemente en voz baja-, en áreas como la minería, la labor portuaria y las industrias.
A esta situación hay que agregar que los jóvenes no ingresan a empresas donde se desarrollan trabajos intensivos y bien remunerados y, para colmo, un altísimo porcentaje de mujeres ni estudian ni trabajan.
Reversiones para avanzar
Si lo puntualizado en el último párrafo se revirtiera con la optimización del rol de las universidades y las ONG, el crimen organizado se vería forzado a adoptar otras estrategias que limitan su accionar.
Situación límite en Santa Fe
En su momento el titular del PROCUNAR, Diego Iglesias, dio a conocer un informe sobre cómo actúan los grupos narcos en las cárceles federales e hizo referencia a la disolución del área de inteligencia del Servicio Penitenciario Federal luego de detectarse a 20 capos narcos, casi todos condenados, quienes seguían coordinando maniobras de tráfico, transporte y comercialización de estupefacientes y otros delitos como el lavado de activos, homicidios, secuestros extorsivos y amenazas, entre otras lindezas.
En las sucesivas columnas de Proyecto Escaño hemos venido armando un rompecabezas mortal con casos ocurridos en Rosario, aunque la envergadura de la problemática criminal, en algunas oportunidades, nos vimos en la necesidad de relacionar con minuciosidad lo que sucedió y sucede en nuestra Rosario con la criminalidad internacional y nacional.
Tal ha sido así que nos hemos visto en la obligación periodística de aportar datos –en muchos casos con ribetes anticipatorios-, acerca del desarrollo de la corrupción, de la violencia urbana, la actividad narco criminal, el enriquecimiento ilícito, la gestión judicial que viene siendo criticada por su lentitud y el entramado existente con barras bravas de clubes.
En síntesis, estuvimos haciendo referencia en 2022 a un feudo criminal que ha logrado batir el record de homicidios y femicidios en el Departamento Rosario, y todavía no terminó el año.
————————————–
*Ricardo Marconi es Licenciado en Periodismo y Posgrado en Comunicación Política
Foto: Fotograma de la película Calabria, de Francesco Munzi, sobre una familia perteneciente a la ‘Ndrangheta
Viene de acá: La confirmación de una penetración mafiosa