📜 El rompecabezas de la muerte en Rosario – Por Ricardo Marconi
La organización vence al tiempo
Al seguidor de esta columna sé que le costará creerlo: La actual organización policial tuvo un generador y fue Mariano Mazza, un rosarino que hizo fortuna como abastecedor de carnes y como dueño del mercado "El Porvenir".
Su familia era la propietaria de una quinta, ubicada en lo que actualmente hoy se conoce como la Usina Sorrento. Era su residencia permanente con reminiscencias moriscas que se transformó en una atracción para ese sector de la ciudad.
Se hizo construir Mazza un verdadero castillo, cuyos materiales predominantes eran la piedra y la madera.
Muchos dijeron en su tiempo, que gracias a sus contactos políticos, -el 12 de agosto de 1887-, es designado jefe Político del Departamento Rosario e intendente, por renuncia de Mariano Maciel, que dejaba su cargo para tomar bajo su responsabilidad la senaduría provincial.
Mazza era sumamente meticuloso en su trabajo y se conoce de él un informe que derivó al Concejo Deliberante en el que se mencionaba a las dueñas de los lenocinios rosarinos.
Nos referimos a Rosa –la correntina-; Amelia –la paraguaya-; Ana –la catalana- y otras dos conocidas sólo por la "China renga" y la "vieja María", antecesoras de "madame France" y la conocida en toda la ciudad como "madame Safó".
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La revista de la policía del 31 de octubre de 1888, informó que en el marco de las resoluciones elevadas a Mazza, se le comunica que "el 12 de agosto se inició un sumario a efectivos policiales de la seccional 2da, acusados de expoliación, por la suma de $313,20, siendo la víctima Rafael Pasqual".
Los "garitos" se multiplicaban sin cesar en la ciudad y Mazza le requirió al comisario de la seccional 4ta., Cástulo Castillo que se ocupara más de su jurisdicción, que era la zona de la ciudad que más locales clandestinos tenía.
También el jefe Político dictó normas sobre las armas que se secuestraban a los presos y dictó medidas sobre el gasto de la policía, ítem sobre el que había detectado abusos.
Entre ellas vale mencionar la que señalaba: "No podrán tener caballos mantenidos por la policía los empleados que no tengan servicio ordinario en la calle" y reglamentó la entrega de forrajes a los equinos. Además, nombró empleados en la Caja de la Policía.
"En 1887, el Primer Censo General de la provincia de Santa Fe consignaba que la población de la ciudad de Rosario era de 50.914 personas". [1]
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En un resumen policial general, elaborado por Mazza, correspondiente al período 1º de septiembre al 15 de octubre de 1888, se da un detalle de los "65 detenidos por delitos contra las personas; 18 por delitos contra la propiedad y 29 contra el orden público. Asimismo, fueron arrestados 234 sujetos por ebriedad, 308 por desórdenes y 208 debido al uso de armas".
El 18 de diciembre del mismo año se crea el Cuerpo de Bomberos Vigilantes y la Comisaría de Pesquisas, a la vez que el 1º de enero de 1889, se subdivide el municipio en 12 seccionales suburbanas, seis de ellas centrales y las restantes suburbanas. Cada una tenía demarcada su límite territorial.
En la Comisaría de Pesquisas Mazza implementó un área de Moralidad Pública – oficialmente ese nombre sería oficializado en 1922- repartición que en 1947 contaba con 16 detectives vestidos de civil bajo las órdenes de Lázaro Florio y Raúl Semiñains, que ejercía la subjefatura.
Más adelante, veremos que sucedió finalmente con Moralidad Pública en el año 2003, luego del homicidio de una prostituta.
Mazza acordó generar la Comisaría de Investigaciones, tras lo cual se hizo lo propio con la División Investigaciones, que luego derivaría en la denominación de Agrupación de Unidades Especiales.
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En abril de 1889 –mientras estaba a cargo Mazza- quedó constituida la Sociedad Terrenos y Puerto de Villa Constitución, de la que fue presidente Luis Sauze, entidad que entró en liquidación en 1905, por haber excedido el plazo de concesión. Sus bienes fueron transferidos al Ferrocarril Central Argentino en 1925, que construyó el puerto y dio impulso al crecimiento de la población.
Asimismo, en los primeros meses de 1890, en la gestión de Mazza, la vieja Cárcel del Crimen de 1º de Mayo entre San Juan y San Luis, ocasionaba numerosas molestias a los 90.000 habitantes de Rosario y entonces se trabajó intensamente en la cuestión hasta que se tomó la decisión de derivar a los presos a la penitenciaría de la manzana delimitada por Zeballos, Ricchieri, Suipacha y Montevideo, actual Unidad de Detención III, la cual iba a ser demolida para construir un hospital, según fue anunciado por el ex gobernador de Santa Fe, ingeniero Jorge Obeid.[2], proyecto como tantos otros que quedó sólo en promesas.
En los últimos meses de mandato de Mazza, más precisamente el 1º de mayo de 1890, quedó registrado en los medios de comunicación un acto celebrado en la plaza López de Rosario, en concordancia con lo que establecía el Primer Congreso Socialista Obrero de París, realizado en 1889.
Un año antes se habría publicado "El obrero panadero", de lineamiento ácrata, publicación que perduraría hasta 1890, bajo la dirección de Francisco Berri y Virginia Bolten, voceros de la resistencia de los obreros panaderos rosarinos, uno de los gremios más activos de su época.
La dueña de un combativo discurso
Virginia Bolten, vestida de negro, menuda, cara angulosa, cejas cargadas y cabello corto negro y corado a lo varón, sólo tenía 20 años cuando en la citada plaza, el 1º de mayo de 1890 no sólo pronunció un aguerrido discurso, al cumplirse el primer aniversario del Día del Trabajador, instituido por el Congreso obrero en 1889, sino que también encabezó la manifestación portando una gran pancarta negra con letras rojas con la leyenda "1º de mayo – Fraternidad Universa".
Bolten había nacido en San Luis y cuando ella una niña sus padres se afincaron en Rosario. Su progenitor era un vendedor ambulante anarquista con un ideario que transmitió a su hija, quien desde muy joven comenzó a trabajar en una fábrica de zapatos y luego hizo lo propio en la Refinería Argentina.
El discurso de la joven ácrata arrastraba multitudes que no sólo actuaba en Rosario, sino que, además, hacía campañas políticas en San Nicolás, Campana y Tandil.
Es necesario acotar que, durante el segundo gobierno de Julio Argentino Roca, se le aplicó la Ley de Residencia y la deportaron al Uruguay, donde transcurrió sus últimos años de vida y sus luchas.
"Cartas de una mujer" era el título de la columna que había publicado como colaboradora del diario "El Municipio", propiedad el ya aludido en esta investigación Deolindo Muñoz.
En sus textos, Bolten agredía con una prédica virulenta al régimen imperante y era muy leída por las mujeres de la ciudad, quienes seguían sus cometarios sobre la encendida defensa que hacía de las condiciones laborales de las mujeres.
Por iniciativa de la concejala Laura Marisa Pugliani, en la citada Plaza López se colocó una placa que recuerda a Virginia Bolten.
A todo esto, hacía dos décadas que los ácratas venían siendo vigilados en Buenos Aires y una en la provincia de Santa Fe.
Posteriormente, hacia 1893, aparecería "Demoliamo", un periódico anárquico y comunista.
[1] La ciudad de los burdeles. Ivette Trochon. La Meca de los rufianes. Suplemento Señales Diario La Capital 18/03/2007. Pág. 4
[2] La Capital. 10/10/2004. Un quinquenio más tarde, la cárcel seguía en su lugar.
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*Ricardo Marconi es Licenciado en Periodismo y Posgrado en Comunicación Política
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