Sinfonía de un sentimiento – Por Juan Pablo Darioli (Dos en la Ciudad)

Dos en la Ciudad – Por Juan Pablo Darioli

Sinfonía de un sentimiento

✒️ La ordenanza que declara la autonomía de Rosario, ya presentada en el Concejo, confirma que este mandato y su titular quedarán como lo último de lo viejo y no, tal era la pretensión de Javkin, como lo primero de lo nuevo. Pero lejos de la resignación, si se llegara a aprobar la “Declaración de autonomía de la ciudad de Rosario, convocatoria a la Convención Estatuyente Municipal y lineamientos para el pleno ejercicio de sus facultades autonómicas”, logrará abrir una ventana donde tendrán vigencia una serie de potestades que solamente el oficialismo ha decidido. El “Régimen transitorio” es una ventana de legalidad que se adjudicará el oficialismo por dos años sin ninguna legitimidad.

Primeramente, la sección de licitaciones y mecanismos de compras crea nuevas modalidades que le dan al Ejecutivo atribuciones muy amplias y aumentan la discrecionalidad. Por supuesto, el artículo referido al endeudamiento es preocupante por el contexto económico nacional pero también es el que más miradas y atención recibe, por lo que es de estimar que será utilizado con cautela.

Ahora bien, amparados en el clima de época, intervienen con una simple ordenanza el sistema de sanción de las mismas, agregando un condicionante presupuestario. Desde ya, no puede el Ejecutivo agregar una limitación al trabajo de otro poder. Más mileísta no se consigue:

Aunque la idea en abstracto no es mala y se hace cargo de la historia legislativa reciente, ya que se aprueban muchas ordenanzas que después nunca se cumplen, la definición y resolución de esta problemática inherente a las democracias contemporáneas tiene que provenir de una discusión integral sobre la función de las instituciones municipales. Y justamente para eso, dentro de dos años, se van a elegir convencionales estatuyentes que tendrán 60 días para redactar la nueva carta orgánica.

Esta serie de disposiciones son un mal antecedente para el trabajo que va a encarar la convención estatuyente pos elecciones del 27, porque en nombre de la autonomía y como primer impacto directo de la reforma constitucional muestran la premura por solucionar los problemas de una gestión, de la política, y no los de vecinos y vecinas de Rosario. La defensa pueril del Secretario de Gobierno, Sebastián Chale, ante la pregunta sobre qué va a cambiar, invoca a la intervención soberana sobre el arbolado.

En 2027, en concurrencia con las demás elecciones provinciales, se van a elegir 28 personas para que redacten y aprueben la Carta Orgánica. Las incompatibilidades son las mismas que se establecieron en el proceso constituyente santafesino y de seguro el próximo intendente o la próxima intendenta va a ser parte del cuerpo. Pero lo verdaderamente importante es cómo se va a cristalizar el alma de la ciudad en un estatuto de funcionamiento autónomo. Decía Platón que la politeia (constitución) de una ciudad tenía que estar en sintonía con su phoné (la voz). ¿Cuál es la voz de Rosario, su alma, su esencia y, por qué no, sus entrañas? Ahora que está de moda citar el paradigma de la complejidad, digamos que, y con seguridad, Rosario tiene muchas voces. ¿Cómo se piensan ensamblar y acompasar esas voces? Queda bastante tiempo pero es prioritario comenzar los ensayos de nuestra sinfonía de voces, donde la representación sea potenciadora y no que anule a los otros, los distintos, los “malos”. Este sentimiento que tenemos todos y todas por Rosario merece su sinfonía.

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La semana pasada se presentó el informe “¿Paz para quién”, elaborado en articulación por integrantes de equipos de investigación de la Universidad Nacional de Rosario y participantes de la Multisectorial contra la Violencia Institucional.

El registro da cuenta de las humillaciones, abusos y daños provocados por los efectivos de las fuerzas de seguridad envalentonados por el discurso oficial en los barrios populares. Del otro lado de la misma moneda, los tríos de caminantes saturan la calles del centro para dar sensación de seguridad, cada tanto pedir un DNI y anotarlo con lapicera en una planilla impresa. Los porcentajes de identificaciones positivas de estos procedimientos son ínfimos.

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