Dos en la Ciudad – Juan Pablo Darioli
Tierra de sueños
Hace 15 días contaba en este mismo espacio sobre una desavenencia dentro del esquema de gobernabilidad del oficialismo en el Concejo Municipal (aka mayoría automática).
En una reunión conjunta de comisiones, el concejal del Partido Socialista, Manuel Sciutto, manifestaba diferencias dentro de la discusión por el expediente que excepciona de cumplir las normativas vigentes al edificio Pininfarina. Su planteo puntualmente fue por las compensaciones que le corresponde a los titulares del emprendimiento otorgar al Municipio por obtener un mayor aprovechamiento con las flexibilización de los indicadores urbanos del barrio. El mitin pasó a un cuarto intermedio hasta el jueves cuando sesionaba el cuerpo legislativo local, cuando el edil de la rosa roja llevó un proyecto de ordenanza donde propone modificar el artículo 10 de la ordenanza N°8973 sobre "Convenios Urbanísticos para Planes Especiales o Planes de Detalle", el cual puso a consideración y, daba a entender, sujetaba su voto positivo para las torres de Pichincha. El apartado de la normativa en cuestión regula ni más ni menos que el cálculo de las compensaciones por mayor aprovechamiento urbanístico. La oposición se negó a dar luz verde a una ordenanza tan sensible sin antes estudiarla en profundidad. Ese mismo día, en sesión ordinaria, fue aprobado el expediente que habilita el desarrollo inmobiliario donde funcionaban las rotativas de La Capital con el voto positivo de Sciutto y su compañera de afiliación, Alicia Pino.
Uno podría asumir que al marcar una diferencia de criterio, Manuel Sciutto tiene una mirada crítica sobre cómo el ejecutivo viene manejando el tema de las compensaciones. Un baión para el ojo idiota. Hay que recordar que el edil fue una de las caras visibles del primer boom inmobiliario de Rosario, que se apalancó en la reconversión de una ciudad que dejaba de lado el puerto y las industrias, y desató las inversiones constructivas sin ningún tipo de planificación urbana, de servicios, socio-cultural, etc. El modelo Mirta Levin, con Miguel Lifstchitz como intendente. Entonces no: el objetivo del proyecto que modifica el artículo de las compensaciones no busca un impulso igualador de oportunidades sino seguir perpetuando los beneficios para las desarrolladoras con todas las de la ley.
Se viene discutiendo hace tiempo sobre qué hacer con el Fondo Municipal de Tierras creado en 1997 pero modificado en reiteradas ocasiones. El proyecto de Sciutto y Pino propone quitarle la principal fuente de ingresos al fondo, que son las compensaciones. Actualmente, en el apartado 10.4 se destinan en partes iguales, la mitad de las compensaciones económicas establecidas en los convenios urbanísticos al Fondo de Tierras y la otra mitad a obras de mejoramiento barrial.
El proyecto de Sciutto y Pino propone quitar esta asignación específica, pasa de la cuenta del Fondo en el Banco Municipal a rentas generales del Departamento Ejecutivo para que disponga, elevando a través de la Secretaría de Obras Públicas y Planeamiento un detalles de “obras priorizadas” para que el Concejo las apruebe.
Con esto se da por tierra con la única herramienta concreta que tiene el Estado local para intervenir en el acceso al suelo, que es el principal problema en la ecuación de la crisis habitacional. Esta gestión municipal ya había avanzado en darle flexibilidad a este criterio permitiendo que en caso de no querer/poder cumplir con la compensación con terrenos, se pueda hacer con dinero contante y sonante.
Los concejales del partido de Hermes Binner tuvieron el decoro de incluir un inciso 6 donde pedían la transparencia y la participación ciudadana pero el oficialismo duro lo retiró de despacho. Todo parece indicar que los socialistas harán el trabajo sucio para el javkinismo y no se llevarán nada de nada en compensación, justamente.
En paralelo a la decisión del gobierno nacional de eliminar el Procrear, que posibilitó la primera vivienda para muchos argentinos, Rosario se cierra más y más al acceso a la tierra y al sueño de la casa propia para quienes quieran desarrollar su vida en la ciudad.
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Es muy interesante esta entrevista de Roberto Caferra a la titular del Ministerio Público de la Acusación, María Cecilia Vranicich, de cara a la convención reformadora de la constitución provincial. Se desprende de ella un documento que la Fiscal General presentó a los partidos con representación en la cita reformadora:
El reconocimiento institucional del MPA está fuera de discusión, es un acuerdo más que amplio, aunque la ubicación institucional es más reñida. De palabra figurará la independencia de los demás poderes pero después hay que prestar atención a la letra chica, que puede tener lazos de sujeción a este “órgano extrapoder”. Así como se busca crear el Consejo de la Magistratura provincial para que la disciplina del Poder Judicial no lo manejen los legisladores, Vranicich reclama un mecanismo autónomo de remoción, “distinto al de los jueces”.
Son interesantes los planteos, concisos y potentes, que apuntan a la consolidación de un poder en ascenso desde la reforma procesal.