Visitantes – Por Juan Pablo Darioli (Dos en la Ciudad)

Dos en la Ciudad – Por Juan Pablo Darioli

Visitantes

✒️ Con el año 2025 se terminan también las celebraciones por el tricentenario de la ciudad. Desde el principio, tratamos de pensar la efeméride como el reconocimiento oficial de un hito civilizatorio, que en el caso de Rosario no se dio de manera tan determinante, con papeles, fundador y toda la parafernalia. El impulso colonizador del territorio respondía a un espíritu de la época, donde los dispositivos político-institucionales se iban propagando, en estos pagos con la llegada de un alcalde para la hermandad designado por el Cabildo de Santa Fe. Claro está, es más complicado pensar en procesos sociales, económicos y urbanos más que incipientes desde hace tres centenares en lo que hoy conocemos como la cuna de la bandera nacional. Testimonios bastante posteriores a 1725 lo demuestran.

En 1848 un comerciante británico llamado William Mac Cann hizo una gira a través del territorio argentino y publicó su diario en 1953 bajo el título nada comercial de “Dos mil millas a caballo, a través de las Provincias Argentinas, o sea una relación acerca de los productos del país y las costumbres del pueblo, con un historial sobre el Río de la Plata, Montevideo y Corrientes”. Casi 100 años después, en 1939, el historiador José Luis Busaniche lo incluyó en una colección de viajeros ingleses con el rótulo “Viaje a caballo por las provincias argentinas”. Nuestro protagonista llevaba varios años en la patria gobernada por Juan Manuel de Rosas y deja constancia que el 29 de noviembre del 48 sale de San Nicolás con el objetivo de llegar hasta la estancia de Tomás Armstrong y, entrada la tarde, al llegar allí se encuentra con Prudencio Arnold, ambos personajes que darán nombre a localidades santafesinas. Al otro día, de su paso por Rosario, dejó un panorama escueto pero representativo del estado de situación en la ciudad por esos años.

Entramos a la ciudad en horas de la siesta. Las casas y tiendas estaban, naturalmente, cerradas; sólo por azar se veía alguna persona en las calles. Rosario se halla situada sobre una barranca del río Paraná; la vista que ofrece, por el lado del río, se parece mucho a la de San Nicolás, aunque desde esta última ciudad, el panorama es más extenso y variado. La población será de unos cuatro mil habitantes. En la plaza se alza la iglesia, edificio moderno con el que se ha pretendido -según parece- imitar el templo inglés de Buenos Aires, aunque el estilo griego de este último resulta bastardeado por la adición de una torre y un campanario en cada uno de los ángulos del frontón. Hay en Rosario dos escuelas, una de varones y otra de niñas. Las mujeres son muy industriosas; hilan lana de muy buena calidad y tiñen con bonitos colores mediante hierbas y raíces recogidas en los campos y en las islas del Paraná. Con el hilo así teñido, elaboran tejidos muy firmes y sólidos que sirven para fabricar ponchos.

Las torres restauradas de la catedral para el tricentenario de Rosario.

Según el viajero inglés, Rosario estaba destinada a ser el puerto más importante de esta parte de América “después de Montevideo” y, “cuando llegue el tiempo de las empresas y los capitalistas”, el suelo fértil y sus habitantes la harán siempre un centro próspero. Las condiciones estaban pero faltaba la decisión de declarar el puerto de Rosario como de ultramar, que llegaría recién con el derrocamiento de Rosas y la presidencia de Justo José de Urquiza. En 1863 se empezó a construir el tren a Río Cuarto, otro pilar para el crecimiento exponencial de la ciudad.

Otro viajero, pero esta vez argentino, Ezequiel Martínez Estrada en su “Radiografía de la pampa” ofrece un parecer menos optimista sobre el progreso capitalista y en 1933 dirá que el ferrocarril acentuó la pobreza: “El labrador y el peón de campo buscaron la proximidad de Buenos Aires y Rosario como medio de obtener mejores recompensas a su esfuerzo, y era el mismo tren que los traía el tren cargado de riqueza. Llevaba el ferrocarril un progreso nominal, teórico, pero ocasionaba un retraso real.

Más acá en el tiempo, un visitante del conurbano bonaerense comenzó a frecuentar la ciudad para escribir un libro sobre el negocio del narcotráfico y el narcomenudeo mediante testimonios de primera mano con integrantes de las bandas que están en boca de todos. Nahuel Gallota publicó hace unas semanas “Te hice pica” donde historiza y sistematiza las particularidades rosarinas de la movida narco. Si a veces una mirada externa puede aportar detalles que escapan a los ojos de los lugareños acostumbrados a la cotidianeidad, este libro dice lo que muchos se cuidan de decir por las dudas. El contenido no es ni incendiario ni un instrumento para reproches políticos: le da voz a los protagonistas de la trama criminal.

Si los periodistas de Espectáculos entrevistan actores, músico y artistas; si los de Deportes se la pasan hablando con deportistas; si los de Política viven de off en off y de café en café con voceros o hasta los propios políticos, ¿cuál sería el escándalo de que los periodistas de policiales nos acerquemos a los protagonistas de las historias que contamos?”.

A esto Gallota le llama “periodismo vivo”. Sus fuentes le hablan de los pormenores internos entre las cabezas de Los Monos y las generaciones sucesoras, del rol de Santino Alvarado manejando los negocios de su padre preso, del crecimiento de Los Menores alegando la protección de Patricia Bullrich, del asesinato de Andrés “pillín” Bracamonte. Sobre el final, bajo el subtítulo “Los reguladores” se explica el doble pacto que amainó la violencia lesiva en 2024 de la mano de ex comisarios reincorporados que tienen mucho manejo de la calle. La anécdota más llamativa cuenta que a Matías Gazzani, referente de Los Menores y por quien la provincia de Santa Fe ofrece 70 millones de pesos de recompensa, “se lo agarró en su momento y se lo puso en vereda”, es decir que entró dentro del acuerdo regulador. Pero con el asesinato del 1° de la barra de Rosario Central rompieron el pacto.

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Finalmente, Grassi S.A. quedó al frente de Vicentín, tras la decisión del juez Fabián Lorenzini de aceptar la propuesta concursal y evitar la quiebra del gigante de la exportación primaria. La empresa histórica de corretaje de granos que preside Hugo Grassi y de la que su hijo, Mariano, es CEO, fue fundada en 1888 y cambiando la denominación hasta llevar el día de hoy solamente su apellido.

También integran otras empresas del sector, como Hughes S.R.L. o la productora porcina Isowean S.A., aunque también manejan la concesionaria oficial de Volkswagen, Pesado Castro, y apostaron al desarrollo de software a través de Bimarch S.A.. Además, tanto el patriarca como un hijo de su mismo nombre ocuparon cargos relevantes en la dirección de la Bolsa de Comercio de Rosario.

La sección Campo del diario La Nación consigna un rumor sobre la participación de Vila y Manzano en la acción de los Grassi para quedarse con Vicentin pero fue desmentida por la familia. Vale la pena mencionar también que tanto los Hugos como Mariano figuran en los Panamá Papers como titulares de las offshore Isage Inc. y Scarlett Sunset Limited.

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